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T.S. Elliot, 1890.

"¿Dónde quedó el conocimiento que hemos perdido en la información y dónde quedó la sabiduría que hemos perdido en el conocimiento?"
(T.S. Elliot, The Rock, Canto I, 1890)

martes, 8 de octubre de 2013

ARTE, DIÁLOGO Y ORDEN IMPLICADO II de III






Transcripción libre de Pasajero en tránsito.


-          ¿Existe también en su orden implicado la figura de un dios creador?

Esta cuestión no se ha planteado. Tengo la idea de un orden implicado y más allá de éste un orden superimplicado, y así sucesivamente, llegando a órdenes cada vez más sutiles. Yo creo que hay órdenes mucho más sutiles. La palabra “sutil” tiene un trasfondo que significa “finamente tejido”. Podríamos imaginar redes de conciencia cada vez más finas, pensar en que captamos aspectos cada vez más sutiles del orden implicado. Esto podría seguir indefinidamente. Así que depende de la persona. Creo que hay una inteligencia implícita. Una especie de inteligencia que se despliega. La fuente de esa inteligencia no está necesariamente en el cerebro. El origen de la inteligencia está mucho más replegado en el todo.

Ahora bien, en lo que a su pregunta se refiere de si se quiere llamar “dios” a eso, dependerá de lo que cada uno entienda por esa palabra, porque tomarlo como un dios personal podría limitarlo de alguna manera. Lo que quiero dar a entender es que existe algo como la vida y la mente que está replegado en todas las cosas. Si llevamos eso a los extremos, entonces puede que sea lo que las personas religiosas quieren decir con la palabra “dios”. Pero la palabra “dios” significa muchas cosas distintas para distintas personas, y es difícil saber exactamente lo que significa. El orden implicado no excluye a Dios, ni tampoco dice que exista un dios. Pero sugiere que existe una inteligencia creativa subyacente en el todo, que puede que en parte contenga eso a lo que hacemos referencia con la palabra “dios”.

En este sentido se dice que cualquier imagen que creemos en nuestro pensamiento es limitada y que incluso la idea del orden implicado lo es, aunque esperamos que trascienda los límites anteriores. Sólo lo último es ilimitado. Sin embargo cuanto más se dice respecto a lo ilimitado más lo limitamos. Si decimos: “lo ilimitado es Dios, y por Dios queremos decir esto, esto y aquello”, estamos empezando a limitarlo. Creo que no limitar a Dios es esencial, si se cree en él.

Así era originalmente entre los hebreos cuando decían  que el nombre de Dios sólo era “Yo soy” y no se podía decir nada más. Pero no desarrollaron eso con coherencia. Creo que es esencial ser coherente al respecto, de lo contrario nos liaremos y liarse en este plano es muy destructivo.

-       Pero usted mismo buscaba otras formas de pensamiento. Me estoy refiriendo a sus múltiples encuentros con Krishnamurti, por ejemplo.

Conocí a Krishnamurti en los setenta. En aquel entonces estaba interesado en comprenderlo todo con mayor profundidad. Pensaba que él sugería que era posible para el ser humano establecer algún tipo de contacto con esta totalidad. No creo que él quisiera utilizar la palabra “dios”, debido a sus limitadas asociaciones.

-       Posteriormente, también conoció al Dalai Lama. ¿Correspondían sus ideas con las del budismo tibetano?

Mi intención es comprender. Me gusta dialogar con personas diferentes para describir y compartir cómo piensan, para participar. Creo que el pensamiento humano tiende a enfocarse en exceso y a limitar a todo mundo a su propia área limitada. Es importante tratar de comunicarnos y de compartir estas visiones, así quizás podamos llegar a trascenderlas.

Esa es la razón por la que he hablado con muchas personas de diferentes procedencias, incluyendo al Dalai Lama. Sin embargo, creo que me sentía más afín con Krishnamurti, porque estuve con él durante mucho tiempo hasta que murió.

-          ¿Fue Krishnamurti quien más le impresionó?

Sí, creo que cuando le vi por primera vez se abrió una inmensa área.

Creo que existen algunas similitudes entre lo que él dice, lo que dice Buddha y lo que dicen otros. A mí me interesaba descubrir eso.

La cuestión en la filosofía budista es que ellos tienen el concepto del origen de la mutua dependencia: todo se origina junto y es mutuamente dependiente. Creo que esto se aproxima mucho al orden implicado, en el que se considera que todo procede de un campo, que todo está interrelacionado y que no existe substancia alguna subyacente que pueda ser definida. La idea de la dependencia mutua también da pie a lo que los budistas llaman la ley del karma. Pero también el karma puede cambiar puesto que incluso nuestro propio estado mental forma parte del todo, y cuando cambia, el todo cambia, y también cambia el Karma.

-          Creo que gracias a su forma de pensar la creatividad se está viendo por primera vez como el puntal de la ciencia.

No sé si se debe a mi forma de pensar. Quiero decir que muchas personas se han dado cuenta de que la creatividad es una parte esencial de la ciencia. La revelación creativa es necesaria para dar nuevos pasos. Considero que la creatividad no sólo es esencial para la ciencia, sino para la vida en general.

Si te quedas atrapado en un orden repetitivo y mecánico, acabas degenerándote. Ése es uno de los principales problemas con el que ha tropezado toda civilización humana: llega a cierto grado de repetición. Entonces la energía creativa poco a poco se va desvaneciendo y esa es la razón del fin de una civilización. Muchas civilizaciones han desaparecido no sólo a una presión externa, sino porque han degenerado internamente.

-          Muchas personas creen que la creatividad siempre está conectada a las artes.

Está relacionada con el arte, la ciencia, la religión pero también con todos los aspectos de la vida. Creo que, básicamente, toda actividad es un arte. La ciencia es un tipo de arte que hace hincapié en ciertas cosas. Luego tenemos los artistas visuales, los musicales, etc., que tienen distintas especializaciones. No obstante el arte está presente en todas partes. La propia palabra “arte” en latín significa “concordancia”. Toda la visión del cosmos significa “orden” en griego. En realidad es un concepto artístico.

-          ¿Ve alguna comparación entre los cambios en el arte contemporáneo y los cambios en la ciencia?

Sí, creo que existe cierta similitud. El cambio empezó a suceder casi al mismo tiempo, alrededor de finales del siglo XIX  y principios del XX. Creo que el primer indicativo de cambio de dirección del arte fue el impresionismo aunque ya se había preparado con anterioridad. Se puede decir que todo el contenido de dicha pintura se encuentra en manchas de color primario. Cuando te acercas no vez a penas nada, pero cuando lo contemplas desde lejos a cierta distancia, de pronto emerge todo un mundo. Para mí esto es una especie de orden implicado. El significado de estas manchas de pintura se despliega. La pintura está replegada en las manchas.

Creo que existe una similitud considerable entre eso y el funcionamiento de las matemáticas cuánticas. El arte investiga nuevas formas de percepción y de imaginación a través de los sentidos. Y mientras lo siga haciendo será importante para la ciencia y para la espiritualidad.

Una vez vi un cuadro de un payaso de Rounault. Creo que fue en la colección de Edward G. Robinson. La cuestión es que había todo tipo de parches de colores en el centro del payaso, pero en el exterior eran complementarios. Entonces observé que el ojo podía ir del uno al otro y que el cuadro entero empezaba a latir. De pronto tuve una visión diferente, donde parecía haber algo que circulaba por toda la habitación que procedía del payaso y que regresaba a mí. Creaba otra percepción. Me parece que los artistas pueden explorar diferentes formas de la percepción y del significado de la misma. Podríamos decir que Cézanne y los cubistas tuvieron una idea similar. Desde entonces el arte se ha expandido a en un gran número de direcciones que para mí no están demasiado claras. El arte inició un nuevo desarrollo.

En tiempos primitivos el arte estaba muy vinculado a la sociedad por sus diversas funciones, como imágenes representativas para fines religiosos y arquitectónicos, como para embellecer entornos y objetos varios. Pero todo eso cambio a finales del siglo XVIII, La conexión entre el arte y la sociedad fue perdiendo importancia y algunos artistas empezaron a investigar en nuevas direcciones.

-          Si vemos una conexión  entre las artes, la ciencia y la espiritualidad y a ello le añadimos el orden implicado, ¿Podría ello influir en los futuros modelos económicos?

Creo que esta cuestión de la economía requiere algo de reflexión. Me gustaría analizar la etimología de las palabras, porque muchas veces nos revelan ideas antiguas con un nuevo sentido. La palabra “economía” tiene una raíz griega que significa “dirección del hogar”. La cuestión es ¿qué es el hogar” Podemos decir que en el mundo hay muchos hogares y que todos actúan de forma independiente. De hecho, todos son interdependientes. En realidad la Tierra es un hogar, pero no la tratamos como si lo fuera. El primer paso en la economía es decir: “La Tierra es un hogar. Toda ella es una”.

El orden implicado nos ayudará a ver que todas las cosas contienen todas las cosas. Ver que todas las personas no dependen sólo de todas las demás, sino que todas las personas son todas personas en un sentido más profundo. Nosotros somos la Tierra, porque toda nuestra sustancia procede de ella. Es un error decir que es un entorno que nos rodea, porque eso sería como el cerebro que contempla al resto del cuerpo como una parte de su entorno.

Es esencial ver el mundo como una unidad, porque estos hogares no son independientes. El orden implicado y todas estas ideas te animan a verlo de este modo. Todo es una participación mutua. Por consiguiente hemos de contemplar las cosas de ese modo. Ahora bien, la cuestión es ¿cómo dirigimos este hogar único que es el mundo? Lo primero es ver que es uno. Si pensamos que son muchos no lo conseguiremos.

Según parece que las ganancias son la preocupación principal, pero si vemos el mundo como un hogar se puede decir que sacar provecho de él es como robar de nuestro propio bolsillo.

Si todo es uno, o nos salvamos o nos hundimos juntos. Hemos de hallar la manera de ir al unísono. Debido a todos estos gobiernos separados, ni la política ni la economía pueden funcionar, nos hace falta una nueva visión del ser humano en el mundo. Ahora esperamos que el peligro del equilibrio ecológico nos ayude a conseguirla.

-          ¿Podría hacernos una declaración fundamental sobre su forma de pensar respecto a la totalidad incorporando todos estos aspectos diferentes?

Sí, en primer lugar vamos a centrarnos en el asunto de ver la totalidad de un modo coherente. Coherente significa “estar adherido”. Las personas podemos tener visiones incoherentes de la totalidad, que pueden ser muy destructivas. De hecho algunas teorías holísticas han tenido efectos nefastos en el pasado. De algún modo podríamos decir que los nazis también tuvieron una especie de teoría holística. Como acabo de decir, no basta con el holismo, aunque sea importante.

Hemos de hacer justicia con cada una de las partes, a la vez que hemos de comprender su independencia relativa para que pueda existir la libertad. La totalidad no se ha de imponer, pero se encuentra en cada parte, y cada parte está en la totalidad. Eso es lo que yo denomino participación, actualmente esa palabra  ha cambiado su significado. Ahora tiene dos, una es la de “tomar parte de“. Tomamos parte de la totalidad que existe en nuestro interior. El otro es “tomar parte en ello directamente”. Ambos son necesarios.

De modo que esto contrasta con la visión atómica actual de la sociedad, en la que cada persona es un átomo que se limita a interactuar externamente. No participan en el todo. Está interactuando para conseguir algo para sí misma. La visión general que tengo es que la participación es fundamental. Esto significa que hemos de dialogar. Hemos de compartir nuestras ideas. Hemos de ser capaces de pensar juntos. Pero ésta es la cosa más difícil del mundo.

-          ¿Qué es lo que le ha dado mayor satisfacción en su vida profesional?

Creo que llegar al orden implicado fue una gran satisfacción aunque no sé si podría considerarlo como la más grande.

-          ¿Qué desearía usted para el futuro de la ciencia?

Me gustaría que se centra más en la calidad que en los conceptos matemáticos cuantitativos exactos. Veo que avanzamos hacia la noción de la participación como algo fundamental, en lugar de seguir aferrados a la visión analítica atomista.

-          ¿Qué desearía usted para el futuro de la humanidad?

La misma cosa. Creo que me gustaría ver que la humanidad se considera una sola familia con libertad para cada una de sus partes, pero con participación mutua para poder llegar a una totalidad coherente, que sería creativa.


[1] Sobre la creatividad. David Bohm. Ed. Kairós, 2002.

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