Espacio y tiempo para compartir encuentros y desencuentros tanto propios como ajenos en temas de distintos niveles de realidad.

Los temas ahora

amautas (1) andrógino (1) Arrábida (1) arte (2) Bateson (1) brujería (2) campo akásico (3) certificación de competencias laborales (1) chamanes (1) ciencia oculta (3) coherencia (1) competencia laboral (2) competencias trascendentes (2) consciencia universal (1) crisis del conocimiento racional positivista (3) cultura (1) Da Vinci (1) Dalai Lama (1) David Bohm (3) diálogo de saberes (3) diálogo y orden implicado (2) distancias cortas (1) distancias muy cortas (1) duendes (1) Ecoturismo (1) educación y utopía (4) enantiodromía (1) Ervin Laszlo (3) escepticismo (2) escucha (1) esoterismo (2) espiritualidad (12) espíritus (9) Física cuántica y niveles de la realidad (2) gnomos (2) Griman (2) gurú (2) hadas (2) hechiceros (1) iluminación (2) iniciación (1) inteligencias incorpóreas (2) ipayes (1) Javier Medina (1) juse no fuse (1) krishnamurti (2) Manifiesto transdisciplinariedad (1) meditación (1) medium (2) microcultura (1) Morin (2) multidimensionalidad (1) Nicolescu (1) nuevos paradigmas en educación (5) Olivia Harris (1) ondinas (2) orden implicado (1) paranormal (3) parapsicología (1) Pasajero en tránsito (4) pensamiento complejo (3) peregrinar (1) probación (2) quantons (2) quantum (2) resacralización de la Tierra (1) retos de la educación (4) Satori (1) Sheldrake (3) Steiner (7) suprasensible (4) Tao (1) TCI (3) teoría de la ralatividad (2) teoría del pleno cósmico (3) teórica cuántica (2) Tobón (1) transcomunicación instrumental (3) transculturalidad (1) transdisciplina (2) transdisciplina y universidad (1) transdisciplinariedad (5) Trascendencia (1) turismo sustentable (1) yatiriss (1) yinns (1) Yoka Daishi (1) zazen (1) Zen (1)

T.S. Elliot, 1890.

"¿Dónde quedó el conocimiento que hemos perdido en la información y dónde quedó la sabiduría que hemos perdido en el conocimiento?"
(T.S. Elliot, The Rock, Canto I, 1890)

sábado, 28 de septiembre de 2013

ARTE, DIÁLOGO Y ORDEN IMPLICADO



David Bohm, entrevistado por Louwrien Wijers[1]


Transcripción libre de Pasajero en tránsito.
Parte 1 de 3


-       Doctor Bohm, ¿Dónde situaría usted la física a medida que nos acercamos al siglo XXI?

A principios del siglo XX hubo dos grandes revoluciones, la teoría de la relatividad y la teoría cuántica, que produjeron grandes cambios en nuestros conceptos sobre la materia. Desde entonces la física se ha desarrollado principalmente con base en estas dos teorías. Pero en la actualidad están surgiendo ciertos límites. Uno de ellos es con las distancias cortas, que es donde parece que todas las teorías actuales pueden llegar a fallar, incluyendo la de la relatividad, la cuántica y la de la gravitación.

El otro límite se halla en la cosmología, donde las personas siguen estas teorías para hallar el supuesto origen del universo, el denominado Big Bang. Ahí, de nuevo podemos esperar que las teorías actuales colapsen. A este respecto creo que en los últimos tiempos la física está descubriendo muchos nuevos tipos de partículas y está haciendo muchos descubrimientos cosmológicos que avanzan en esta dirección. Todavía se encuentran en un gran estado de fluctuación, sin embargo aún no hemos comprendido las anteriores revoluciones. Si ahora pasamos de una posición que no entendemos a otra, sólo nos confundiremos más.

-¿Cómo evolucionó usted después de trabajar con Niels Bohr y Albert Einstein?

En realidad no llegué a trabajar con Bhor, aunque sí mantuvimos conversaciones con él. Con Einstein hablé en diversas ocasiones, y después nuestra relación fue por correspondencia.

 Al principio sólo estudié la mecánica cuántica y la relatividad y con eso empecé a aceptar más o menos las ideas de Niels Bohr. Posteriormente escribí un libro que llevaba por título Quantum theory,  en el que estaba totalmente a favor de sus ideas tal como yo las entendía. Al final de ese período, alrededor del año 1950, estaba algo insatisfecho cuando terminé el libro. Envié copias del mismo a varios físicos, incluyendo a Pauli, Bohr y Einstein. A Pauli le gustó mi libro, a Einstein también, pero cuando lo comenté con él me dijo que todavía no estaba satisfecho. Ambos  sentimos que la pregunta clave era: ¿Cuál es la naturaleza de la realidad? Pero como ve la visión de Bohr se basa en la epistemología, es decir que lo único que podemos hablar es de nuestro conocimiento de la realidad. Yo no me sentía satisfecho con eso.

-          ¿Se consideraba usted una especie de revolucionario en aquella época?

Realmente no. Al principio seguí la visión de Bohr. Pensaba que progresaríamos con esa visión sobre todo en cuanto en lo que respecta a las distancias muy cortas, que es donde estaban los problemas graves. Sin embargo, posteriormente también estaba descontento con la interpretación general de la teoría, porque no ofrecía un concepto claro de la realidad. Sólo hablaba de lo que se podía observar y medir. Si dices: Bien, “de eso se trata”, entonces todavía te plantearías la pregunta: “¿Qué podemos decir sobre la naturaleza de la realidad?


-          ¿Qué  era la realidad para usted?

La realidad significaba algo que debía tener una existencia independiente de que ésta fuera conocida. Puede que la pudiéramos llegar a conocer, pero para existir no necesitaría que nosotros la conociéramos. Es difícil ver cómo se podía mantener eso según la visión de Bohr. Propuse otro modelo que tenía algunas implicaciones interesantes, pero que no fue bien recibido. Básicamente los físicos mas importantes del momento no lo aceptaban. Después llegué al orden implicado, que tenía una finalidad similar.

-          ¿Creía usted que había poderes destructores en las visiones mecanicistas predominantes en la ciencia?

No estaba satisfecho con el mecanicismo. Pensaba que el mecanismo y el reduccionismo eran destructivos. Que conducirías a que el pensamiento humano se redujera a enfocarse en menudencias que lo convertirían en algo muy rígido. Estoy seguro que tratar de contener la vida, la mente, la sociedad y todo dentro de este mecanicismo habría tenido un efecto nefasto. No creo que Bohr fuera un mecanicista, pero yo sentía que si no teníamos una visión de la realidad, no quedaba nada claro de lo que estábamos hablando. También sentía que la visión de Bohr podía conducir a cierto dogmatismo, donde todas estas cuestiones sencillamente no se tenían en cuenta por no ser consideradas importantes.

-          ¿Cree usted que el científico, al igual que el artista, necesita el tipo de inspiración que ofrece una musa?

Sí, creo que en realidad la mayoría de los científicos estaría de acuerdo con eso. Al menos los que yo conozco. Cuando yo era joven esto era una creencia generalizada. Creo que el espíritu científico y el artístico tienen algo en común. El científico no sólo quiere aprender sobre los hechos, sino también comprender cómo se relacionan, cómo se acoplan y forman una totalidad. Incluso usa criterios como la belleza y la simetría para decidir qué teoría prefiere.

El científico no puede atrapar todo el cosmos en su pensamiento. En su mente crea una especie de microcosmos que vemos como análogo al cosmos. De este modo intentamos hacernos una idea de lo que es la totalidad. El artista, supongo que lo consigue de alguna otra manera.

-          ¿Es cierto que el espíritu científico se acerca a una especie de conciencia religiosa?

Sí, me gustaría decir que hace mucho tiempo leí un antiguo dicho que afirmaba que existen tres actitudes básicas del espíritu: la científica, la artística y la religiosa.  Tienen algunas cosas en común y algunas diferencias. Creo que esto es esencial. 

Uno de los puntos más esenciales del espíritu científico es reconocer el hecho o la interpretación del hecho, tanto si te gusta como si no. Esto implica no hacerse ilusiones y no rechazar algo sólo porque no te gusta. No es una actitud común en la vida, y los científicos han tenido que luchar mucho para establecer este espíritu. Evidentemente, también es una actitud necesaria para el artista, pues sencillamente no puede representar las cosas como a él le plazca o del modo que a él le gustaría que fueran. El espíritu religioso requiere lo mismo, de lo contrario se perderá en la autodecepción, como sucede muchas veces. 

-          ¿Podemos volver a su propia teoría, que usted describe como orden implicado? ¿Dónde encaja?

En aquellos tiempos yo ya pensaba que una ha de comprender la realidad del proceso y que la mecánica cuántica no daba ninguna imagen ni concepto de lo que estaba sucediendo. Tan sólo hablaba de los resultados de las medidas y de las observaciones. Gracias a dichos resultados puedes calcular la probabilidad de otra observación, aunque no tengas ni idea de cómo están conectadas, salvo estadísticamente.

Ahora lo que intento es descubrir cuál podría ser el proceso implicado en las matemáticas de la teoría cuántica, y es proceso es lo que yo denomino repliegue. Las propias matemáticas sugieren un movimiento en el que todas las cosas, cualquier elemento del espacio en particular, pueden tener un campo que se despliega en la totalidad, y ésta a su vez se repliega en él. Un ejemplo de esto sería el holograma. En una fotografía normal hecha por un lente tenemos una correspondencia punto por punto. Cada punto en el objeto corresponde a un punto en la imagen, más o menos. Ahora bien, en un holograma el objetivo entero está contenido en cada región del holograma, replegando en un patrón de onda que se puede desplegar al proyectar luz sobre el mismo.

Mi sugerencia es que si observamos las matemáticas de la teoría cuántica, esta describe un movimiento de esta misma naturaleza, un movimiento de ondas que se despliegan y repliegan a través de todo el espacio. Por consiguiente, podríamos decir que todo está replegado en este conjunto, o incluso en cada parte, y que luego se despliega. Esto es a lo que yo denomino orden implicado, al orden replegado, que luego se despliega en un orden explicado,  en el que toda está separado.

Fractal. Incorporación propia.
De modo que a mi entender este movimiento es el movimiento básico sugerido por la teórica cuántica. La mejor analogía para ilustrar el orden implicado es el holograma, tal como he dicho. Lo comparo con una fotografía. Cada parte del holograma contiene algo de información replegada sobre el objeto.

Quizás nos demos cuenta de que no necesitamos este holograma porque cada parte del espacio contiene ondas de todo, que repliegan toda la habitación, todo el universo, la totalidad de la cosas. En el orden implicado todo está internamente relacionado, todo lo contiene todo, y sólo en el orden explicado las cosas están separadas y son relativamente independientes.

-          De modo que usted fue mucho más allá de la teoría actual.

Esto no cambió las matemáticas de la teoría. Era una interpretación para ver lo que significaba. ¿Me comprende? Todo el mundo tiene muchas experiencias de este orden implicado, la más evidente es la de la consciencia ordinaria, en la que la consciencia repliega todo lo que ve o sabe. No repliega todo el universo, sino que nos hace actuar según ese contenido. Por consiguiente, estamos internamente relacionados con el todo en el sentido que actuamos según la consciencia del todo.

El orden replegado es una vasta gama de potencialidades que se puede desplegar. La forma en que esto suceda dependerá de muchos factores. De nuestra forma de pensar y de otras cosas. El orden implicado supone la participación mutua de todo con todo. Ninguna está completa en sí misma y su existencia al completo sólo se puede realizar mediante esa participación. El orden implicado proporciona una imagen de cómo esta participación puede tener lugar de diferentes formas en la física.

En la participación sacamos nuestros potenciales que son incompletos en sí mismos, pero es sólo en la totalidad cuando la cosa está completa. Esto aclara que no estamos actuando de manera mecánica, en el sentido de que seríamos empujados y arrastrados por los objetos que nos rodean, sino que actuamos según la consciencia que tenemos de ellos, de modo que si no somos conscientes en los mismos no podemos actuar inteligentemente respecto a ellos. Por lo tanto, la consciencia es nuestra experiencia más inmediata de este orden implicado.

Normalmente buscamos una imagen literal del mundo, pero de hecho creamos un mundo según nuestra participación y nos creamos a nosotros mismos de acuerdo a la misma. Si pensamos tal como lo hacemos ahora, crearemos el tipo de mundo que ya hemos creado. Si pensamos de otro modo, puede que creemos un mundo diferente y también gente diferente. Sólo pueden cambiar los dos a la vez.


[1] Sobre la creatividad. David Bohm. Ed. Kairós, 2002.

No hay comentarios: