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T.S. Elliot, 1890.

"¿Dónde quedó el conocimiento que hemos perdido en la información y dónde quedó la sabiduría que hemos perdido en el conocimiento?"
(T.S. Elliot, The Rock, Canto I, 1890)

jueves, 1 de marzo de 2012

Comunicación más allá de la tumba. II de III.

La cuestión de la autenticidad.
Anexo de “El Cambio Cuántico”.
Cómo el nuevo paradigma científico puede transformar la sociedad. Kairós. 2009.
Autor: Ervin Laszlo.
Transcripción libre de Pasajero en tránsito.




Imagen del Telescopio Hubble.
¿Podrá ser que esta experiencia de transcomunicación instrumental fuese un fraude? ¿Es posible que hubiese aparatos ocultos en la habitación o en otros lugares, conectados electrónicamente con la radio, que pudieran producir los sonidos que escuché?

Esa posibilidad no puede ser totalmente desechada, pero la grabación sugiere que no. Bacci ha dirigido esos experimentos durante casi 40 años y a lo largo de ese tiempo han sido presenciados por científicos así como por ingenieros electrónicos. Las pruebas más exhaustivas las realizó en 1996 el profesor Mario Festa, físico nuclear de la Universidad de Nápoles. En presencia de investigadores de Il Laboratorio, un centro de investigación italiano dedicado a la investigación de la autenticidad de los fenómenos auditivos paranormales, Festa comprobó los correspondientes campos eléctrico y magnético mientras se escuchaban las voces. Antes de eso, con la radio se encendió, el campo eléctrico medía 0,71 V/m (voltios por metro) y el magnético 0 mT (militesas). Cuando la radio se encendió, el el campo eléctrico aumentó a 2,15 V/m y el magnético a 0,11 mT. Durante el tiempo en que las voces se manifestaron el campo eléctrico osciló entre 0,54 y 0,81 V/m, y el campo magnético permaneció a o mT. Se trataba de algo sorprendente y claramente anómalo. Una transmisión desde una fuente normal –tanto desde un emisor regular o en un intento de fraude- hubiera elevado los campos a los valores asociados con el funcionamiento normal de la radio.

No satisfecho con esa evidencia, Festa, junto con el ingeniero electrónico Franco Santi, quitó la válvula de modulación de frecuencia y la válvula de oscilación intermedia local del aparato de Bacci mientras se escuchaban las voces. Ello hubiera silenciado cualquier transmisión de radio en todas las longitudes de onda. No obstante, las voces continuaron inalteradas, sin ninguna pérdida de señal apreciable. También continuaron cuando Festa movió arriba y abajo las frecuencias (Bacci hizo lo mismo cuando yo estuve presente). En su informe, publicado en 2022, Festa concluyó que los resultados alteraban las leyes de la física conocidas.

(Vale la pena señalar un hecho curioso acerca de la hora en que se llevó a cabo el experimento al que asistí. Empezó, como hicieran en meses anteriores, exactamente a las 19:30 de la tarde. Pero las voces empezaron a escucharse sólo una hora más tarde, cuando nuestros relojes señalaban las 20:30. NO hacía mucho que Europa había cambiado el horario de verano. Así pues, las 20:30 habían sido anteriormente las 19:30, la hora precisa en que las voces se manifestaban. Las voces lo hicieron a la hora; Bacci fue el que intentó entrar antes en contacto. La comunicación, parece ser, depende más de la hora asociada con la rotación del planeta que con el ajuste de nuestros relojes).

A la luz de nuestro conocimiento aceptado del mundo físico y de sus fenómenos, queda claro que el experimento de Bacci resulta anómalo. Pero está lejos de ser único. La TCI es un fenómeno que se ha investigado repetidamente. Se han dedicado un buen número de libros y artículos a relatar los experimentos, así como a las medidas diseñadas para comprobar su autenticidad.

Experimentos Relacionados

Nebulosa Cono, Telescopio Hubble.
La TCI, al igual que el conjunto más amplio de experimentos conocidos colectivamente como FVE (fenómenos de voces electrónicas; EVP por sus siglas en inglés), requiere de un instrumento electrónico, y data sobretodo de la década de 1960. El pionero en este campo fue el doctor Konstantin Raudive, cuyo libro clásico Breaktrhough se publicó en 1971. Raudive registró unas 72.000 voces emitidas por fuentes inexplicables y aparentemente paranormales, de las que 25.000 contenían palabras identificables. Desde entonces se ha realizado un amplio espectro de experimentos controlados; aquí bastará una breve muestra (David Fontana proporciona una buena visión de conjunto en su libro Is There an Afterlife?, Capítulo 14.

Hans Otto König, ingeniero de electroacústica en Alemania, experimentó con diversas fuentes de sonido de fondo, incluyendo agua corriente, además de interferencias de radio. Se dio cuenta que todas ellas llevaban sonidos que alcanzaban una gama ultrasónica, cuando los grabadores normales no registraban sonidos por encima de los 20.000 hercios. A continuación diseñó una fuente de sonido de fondo que consistía en cuatro generadores de sonido que producían una compleja mezcla de frecuencias por encima del alcance del oído humano. Esto funcionó. König recibió comunicaciones anómalas de voces durante años.

Al difundirse las noticias al respecto fue invitado a ofrecer una demostración en directo en Radio Luxemburg, una popular emisora de radio escuchada en gran parte de Europa. Ingenieros electrónicos independientes comprobaron el equipo y el experimento, que fue seguido a través de las ondas por miles de oyentes. El equipo de audio diseñado por König no fue operado por él sino por ingenieros independientes. Cuando un técnico preguntó a los comunicantes anómalos que se hiciesen escuchar, una vos muy clara respondió: "Otto König se comunica inalámbricamente con los muertos";. La contestación a otra pregunta también fue muy clara. "Escuchamos su voz". Al final de la emisión, Rainer Holbe, presentador del programa y conocido maestro de ceremonias, informó con voz trémula: Juro por la vida de mis hijos que no hemos manipulado nada. No hay trucos. Se trata de una voz y no sabemos de dónde viene (el experimento transmitido fue narrado en su integridad por J.G. Fuller en su libro The Ghost of 29 Megacycles).

La doctora Anabela Cardoso, importante diplomática portuguesa, realizó otra serie de notables experimentos. Primero utilizó emisiones en lenguas extranjeras como sonido de fondo y luego cambió a un ruido blanco, utilizando anticuadas radios de bulbos. Tras recibir respuestas a sus preguntas tanto en cinta magnetofónica como directamente a través de la radio, quedó convencida de la autenticidad del fenómeno y de la necesidad de estudiarlo en profundidad. Creó una publicación internacional, The ITC journal, con resultados de investigaciones en portugués, español e inglés, todas ellas lenguas habladas con fluidez por la doctora Cardoso. Según David Fontana, que presenció varios de los experimentos de Cardoso, puede descartarse la posibilidad de fraude o interferencia por parte de otras personas.

Las diversas formas sobre TCI se amplían; el número de investigaciones serias aumenta. El padre Brune, que lleva muchos años investigando ese campo, calcula que anualmente debe haber alrededor de 20.000 investigadores de TCI en las diversas partes del mundo, la mayoría en Alemania y en los EEUU.

La comunicación más allá de la tumba no se limita a la firma instrumental de la voz; también existe la no instrumental y directa, es decir, telepática. A menudo, esta forma de comunicación después de la muerte (CDM) se da en sueños. Son muchas las personas que cuentan que familiares muertos recientemente se les aparecen en sus sueños. Esos sueños suelen ser descartados como alucinaciones inducidas por el dolor. Sin embargo, la experiencia de la antropóloga Mariane George debería hacérnoslo pensar. George vivió y trabajó entre la tribu barok de Papúa Nueva Guinea durante casi dos años, entre 1979 y 1985. Al principio de su estancia recibió la visita de la anciana chamán (“mujer grande”) del poblado. Poco después George tuvo un sueño en el que la chamán le hablaba. Por la mañana, entes de que la antropóloga viese a nadie o incluso antes de haber salido de su cabaña, llegaron los hijos de la chamán para preguntarle si había entendido lo que su madre le había dicho. Más adelante, George tuvo más sueños en los que la chamán le proporcionaba unos datos que ella buscaba. La exactitud de la información fue confirmada por investigaciones posteriores y los hijos de la chamán siempre conocían los mensajes (los barok están muy familiarizados con este tipo de sueño transpersonal, y lo llaman griman). La chamán murió más tarde, durante el tiempo en que George permaneció con la tribu. No obstante, continuó apareciendo en los sueños de George, proporcionando más información. También en esta circunstancia los hijos sabían que su madre fallecida continuaba apareciendo en los sueños de George.

La comunicación después de la muerte puede asimismo ser inducida mediante técnicas modernas utilizando una técnica simple, como una serie de movimientos rápidos de los ojos, conocidos como “insensibilización y reprocesamiento sensorial”, el psiquiatra Allan Botkin, del Centro de Dolor y Pérdida Traumática (Center for Grief and Traumatic Loss) de Libertyville, Illinois, a inducido CDM en casi 3.000 pacientes. Las CDM son obtenidas por alrededor del 98% de las personas que prueban el experimento. El contacto suele darse con rapidez, casi siempre en una única sesión. No está limitado o alternado por la relación de los sujetos con los fallecidos. Tampoco importa si los sujetos son muy religiosos, agnósticos o ateos convencidos. Los sujetos descubren que su reconexión telepática es real y pasan casi instantáneamente de un estado de dolor y pesar a otro de júbilo.

La comunicación telepática con la persona fallecida no está desligada de experimentar la propia consciencia mientras el cuerpo está clínicamente muerto: ambas experiencias sugieren la persistencia de la consciencia más allá del cerebro. La investigación de las denominadas experiencias cercanas a la muerte (ECM) inició con los trabajos pioneros de Elizabeth Kübler-Ross en la década de 1960. Desde entonces se conocido un número impresionante de casos de experiencias conscientes a cargo de pacientes que, durante un breve periodo de tiempo, estuvieron clínicamente muertos. En estudios realizados en los principales hospitales de los Países Bajos e Inglaterra, casi una cuarta parte de los pacientes que sufrían ataques de corazón graves pero no fatales ofrecía evidencias de haber estado en algún tipo de consciencia con percepciones claras durante el tiempo en que su EEG fue plano. Los doctores Pim van Lommel, Peter Fenwick, Sam Farnia y B. Greyson han demostrado que las experiencias contadas por lo pacientes suelen corresponder con lo que realmente sucedió durante el tiempo en que tuvieron nulas funciones cerebrales. El investigador Kenneth Ring descubrió que la consciencia a las puertas de la muerte da paso a experiencias visuales que son en esencia la misma, tanto si han sido percibidas por gente que veía como por otros individuos ciegos de nacimiento.

El fenómeno de ECM demuestra que hay alguna forma de consciencia que persiste incluso en ausencia de un cerebro funcional. Los frecuentes hechos de experiencias extracorporales demuestran asimismo que la consciencia puede estar separada del cerebro, al menos durante algún tiempo. ¿Puede la consciencia persistir también en personas clínicamente muertas de manera total e irreversible, es decir, en los fallecidos? Los médiums como James van Praagh, John Edward y George Anderson han mediado en contactos con miles de fallecidos y descrito la información de ellos recibida; Raymond Moody recopiló una amplia variedad de “encuentros visionarios con seres queridos fallecidos”. La posibilidad de una auténtica transcomunicación telepática, al igual que una auténtica transcomunicación instrumental, debe ser definitivamente admitida.

¿Qué impide su reconocimiento?

Visra de la Tierra desde la EEI.
Las implicaciones humanas, espirituales y científicas de la TCI son asombrosas. ¿Por qué no nos cuentan más sobre ello si es que es cierto? ¿Por qué la prensa no informa más al respecto, y por qué no es una prioridad de la investigación científica?

Un velo de ignorancia envuelve el fenómeno de la transcomunicación en el mundo moderno. Todo ello se debe a varias razones.

En primer lugar, la comunicación en modo extrasensorial o no sensorial puede, pero en la mayoría de los casos no es así, ocurrir de manera espontánea, inesperada (aunque las excepciones a esta regla son tan rompedoras que cambian las opiniones de las personas sobre sí mismas y la realidad para el resto de sus vidas). En la mayoría de los casos es necesario facilitar la comunicación no sensorial entrando en estados alterados de consciencia. Estos estados son conocidos; sus correlatos son ondas EEG en las regiones de frecuencia más profundas: alfa, theta y, de vez en cuando, incluso delta. Los estados alternados ocurren de manera espontánea durante experiencias de ensoñación, en incluso meditativas, estéticas y religiosas, pero que la persona normal casi nunca las utiliza para experimentar comunicación no sensorial.

Los estados alternados también pueden ser inducidos. Psiquiatras, hipnotizadores, gurús y líderes espirituales, al igual que chamanes y hechiceros, utilizan reprocesamiento sensorial, hipnosis, ejercicios respiratorios, danzas, tamborileos y en algunos casos substancias psicodélicas para inducirlos. El psiquiatra Stanislav Grof ha inducido estados alternados en miles de pacientes, y las experiencias relatadas por ellos son asombrosas.

En segundo lugar, para que se produzca una experiencia de TCI es necesario que el cerebro-mente del receptor cuente con un tipo de sensibilidad particular. A menudo implica capacidades especiales; como hemos visto, las personas sensitivas destacan entre quienes experimentan transcomunicación instrumental y de otros tipos. La presencia física (e incluso la percepción consciente) de un sensitivo suele ser una condición previa para la ocurrencia del fenómeno.

Es probable que en las sociedades tradicionales haya más personas que posean las sensibilidades requeridas. Como atestigua la investigación antropológica, en las culturas tradicionales no occidentalizadas muchas experiencias que nosotros consideramos “paranormales” se consideran “normales”. Por ejemplo, la telepatía entre los aborígenes australianos, las impresiones de vidas pasadas en la India y la comunicación de los espíritus de antepasados a cargo de chamanes en África, Siberia y Latinoamérica. Ese tipo de sensibilidades o percepciones podrían haber sido filtradas y eliminadas por la mentalidad reduccionista y materialista de la civilización occidental.

En tercer lugar, aunque la capacidad de recibir de manera espontánea señales no sensoriales pueda parecer perdida en gran parte, el número de sucesos de transcomunicación en las sociedades modernas podría ser considerablemente más elevado que aquellas de las que se habla. Es probable que se deba a una tendencia prejuiciosa inherente a la cultura de la sociedad moderna. En el mundo occidental, la mayoría de nosotros tendemos a ignorar e incluso a reprimir de la consciencia, los fenómenos que no encajan en las creencias encapsuladas en los dogmas del empirismo clásico: < No hay nada en la mente que no estuviera primero en los ojos >. Se trata de una potente creencia, y es probable que limite la experiencia de TCI entre personas que bien cuentan con una disposición natural para recibir información de origen no sensorial o que sean capaces de abrir lo suficiente sus mentes como para no reprimir las intuiciones que pudieran recibir ocasionalmente.

El mito del empirismo reduccionista de los sentidos afecta a la mayoría de los segmentos de la sociedad occidental. En su documentando libro Is there An Afterlife?, David Fontana señala la resistencia ante cuestiones relativas a la otra vida que se han extendido por cuatro segmentos de la sociedad: la ciencia establecida, la parapsicología académica, la religión establecida y el público en general. Los científicos, cuando se les pregunta, suelen responder que no se ha hallado la evidencia convincente que demuestre la supervivencia de ninguna forma de espíritu o consciencia, aunque en su mayoría ni siquiera serán enterados de que esa evidencia ya existe. Cuando se ven frente a ella tienden a desecharla como mera superstición. La parapsicología, la disciplina creada para investigar fenómenos anómalos, a menudo (pero con notables excepciones) desvían la atención de los fenómenos que suceden tras la muerte: muchos parapsicólogos temen que investigar en mediumnidad, apariciones y otros tipos de hechos relativos a la supervivencia perjudicaría la aceptación de su disciplina como rama de la ciencia, un empeño al que la parapsicología se ha dedicado concienzudamente durante tres cuartas partes de un siglo. Por su parte la religión establecida suele considerar equivalente la comunicación desde el más allá con la brujería y los poderes del mal y ofrece poca, en caso de hacerlo, información factual acerca de lo que puede conocerse o investigarse sobre la supervivencia del espíritu, el alma o la consciencia, aunque lo proclame cuestión de dogma y fe.

No obstante, el público en general no se opone a la investigación de la supervivencia, pero sí que la evita: el tema en sí mismo se ha convertido en tabú. En su libro The Ultimate Journey, Stanislav Grof señala esta curiosa falta de curiosidad en el fenómeno de la muerte, sino también contra todas las experiencias relativas a la muerte y el morir. La gente moderna cree firmemente que la consciencia es un epifenómeno de la materia, producidos por el cerebro. Este concepto influye profundamente en las creencias e incluso en las percepciones de la civilización actual. Si la consciencia no puede existir con independencia del cerebro vivo, la comunicación más allá de la tumba debe ser pura fantasía.

EXPLORANDO UNA EXPLICACIÓN

Hourglass, Hubble.
Sin duda, desde un punto de vista profundamente espiritual y humano, el fenómeno de la TCI es muy importante; merece ser investigado con seriedad en lo tocante a la posibilidad de hallar una explicación científicamente aceptable. Ello requiere conectar el fenómeno de la transcomunicación con una teoría desarrollada de modo independiente acerca de la naturaleza de la consciencia y la posibilidad de su persistencia tras la desactivación del cerebro al que se halla asociada. La teoría del pleno cósmico que graba, conserva y transmite información es una prometedora candidata de cara a esta investigación. Lo que sigue es un primer intento de explicar la transcomunicación instrumental como un proceso natural intermediado por el campo akásico (campo A) del pleno cósmico.

Al relacionar el fenómeno de la TCI con la teoría del campo A, el principio fundamental es la transferencia de información entre hologramas –en este caso, entre hologramas generados por frentes de onda que interfieren en el pleno cósmico-. Podemos tratar de reconstruir cómo esta transferencia se información podría suceder.

Los científicos saben que todos los objetos emiten ondas de frecuencia específicas que irradian hacia el exterior desde dichos objetos. Cuando el campo de ondas emanadas por un objeto encuentra otro objeto, una parte de él es reflejada por ese objeto y otra parte queda absorbida en él. El objeto se energetiza y crea otro campo de ondas que regresa hacia el objeto que emitió el campo de ondas inicial. La interferencia de los campos de ondas inicial y de respuesta crea un patrón general, y este patrón contiene información sobre los objetos que crearon los campos. El patrón de interferencia o reflejo es, de hecho, un holograma. La información que contiene está disponible en todos los puntos en que penetran los campos de ondas fundamentales. Puede transferirse de holograma en holograma ya que resuenan a la misma frecuencia o a frecuencias compatibles.

Las cosas en el espacio y el tiempo están integradas en el campo electromagnético; las ondas que emiten son ondas electromagnéticas (EM). No obstante, las cosas en el espacio y el tiempo también están integradas en el pleno cósmico y en esa dimensión más profunda crean ondas de un tipo distinto: lo más probables es que se trate de ondas escalares (que, como se apuntó en la Parte II, son ondas no vectoriales de magnitud pura; conllevan información pero no energía). Los patrones de interferencia de esas ondas forman hologramas que perduran indefinidamente en el pleno. La información que contienen está disponible para ser intercambiada con hologramas que resuenan a frecuencias compatibles.

Estas consideraciones ofrecen una base para elaborar una explicación científica de la transcomunicación instrumental. Respecto a la experiencia narrada aquí, la explicación sería que el cerebro y el sistema nervioso de Bacci son capaces de entrar en un ámbito de frecuencias compatible con la información almacenada holográficamente en el campo A del pleno. Durante las pasadas cuatro décadas Bacci ha utilizado su habilidad y ha recibido mensajes paranormales.

A diferencia de la mayoría de médiums, místicos y otras personas intuitivas, Bacci no recibe los mensajes de manera telepática, en un estado de consciencia alterado, sino es un estado de percepción normal. En contacto físico con una radio anticuada. Al tocar la armazón de madera de la radio, el receptor sincroniza con las frecuencias de su cerebro y sistema nervioso. Cuando en su búsqueda de la banda de onda corta se topa con la frecuencia apropiada, la radio transmite señales procedentes de hologramas con base en el pleno en lugar de emisoras de onda corta. Los hologramas a los que Bacci accede contienen información que corresponde a la consciencia de personas fallecidas recientemente.

Este marco teórico general necesita contener respuestas a varias preguntas. Empezaremos con algunas preguntas relativamente técnicas.

1. ¿Cómo puede acceder una consciencia descarnada a información del mundo de los vivos?

....continuará

Todas las imágenes insertadas libremente. 
 

1 comentario:

HOOCHIE-mama dijo...

Muy buenas!
He notado hoy que tenia un nuevo seguidor y queria escribirle un mail pero no lo consigo en su pagina!
En cualquier caso, decirle que fue muy positivo ver su paso en el blog, es realmente impresionable su CV.
Justo anoche, pensaba en si continuar con el blog y pedi antes de dormirme una luz, y llego su blog... A que viene todo esto? como ser en evolucion y que desea seguir evolucionando y no ser parte d ela mezquindad, quise empezar a trabajar en un proyecto personal, profesional... ya con 34 quisiera formarme como coach! y justo cuando estaba en esa dicotomia de "seré que sirvo? sigo con el blog, etc... esos dias en que la cabeza necesita llegar a una crisis para encontrar la claridad, pues asi fue, el dia siguiente la actitud era otra y la causalidad vino después... o al revés ;)

En cualquier caso, gracias por apoyar mi blog, espero poder seguir enriqueciendo de gente preparada y creativa como usted!

Saludos

http://1hoochie-mama.blogspot.fr/